jueves, 29 de diciembre de 2011

TODO TOMA SU TIEMPO…


La paciencia es una virtud que merece nuestra mayor atención. ¿Cuántas veces has retado la sabiduría de Dios al pensar “¿Porqué eso es así?” o “¿Porqué aquél / aquélla y no yo?”, sólo para darte cuenta más adelante en tu camino que Dios sabía lo que permitía? ¡Muchísimas veces lo hemos hecho!

La impaciencia es una treta del enemigo para minar nuestra confianza en Dios. 

Una vieja anécdota de una anciano chino, su hijo y sus vecinos ilustra la sabiduría en ser paciente...

Un día un caballo de la casa del anciano se soltó y huyó a las colinas.
“Un caballo se nos ha escapado” dijo el viejo chino
“¡Qué mala suerte!”, le dijeron vecinos.
Les dijo el viejo chino. “¿Porqué dicen que es mala suerte?”

Efectivamente, la noche siguiente el caballo regresó al establo, junto con doce caballos sementales más.

El hijo del granjero, al ver esto dijo: “Vienen doce sementales detrás de nuestro caballo.” Al ellos entrar al corral, él cerró la puerta y puso la cerradura.
Al enterarse los vecinos de esta noticia, corrieron a la casa del granjero pare decirle:
“¡Mira, tienes 13 caballos ahora! ¡Qué buena suerte!”.
 El viejo chino les dijo:
“¿Cómo saben que eso es buena suerte?”.

A los pocos días por la tarde, el hijo estaba trabajando con un trío de sementales, cuando fue arrojado al suelo y se rompió una pierna.  Los vecinos vinieron esa misma noche para manifestar su tristeza y dolor al granjero, y dijeron:
“Tu hijo se he roto una pierna, ¡Qué mala suerte!“

El viejo granjero respondió una vez más:
“¿Cómo saben que es mala suerte?”
Efectivamente, a los pocos días más tarde se levantó una guerra y pasaron unos sargentos para el pueblo pare llevarse a los jóvenes que estaban en buena salud. Los 10 jóvenes a los que se llevaron, nunca regresaron; pero al hijo del granjero se salvó de ir a la guerra y morir debido a la pierna rota.

Al leer estas reflexiones rápidamente nos damos cuenta que todo toma su tiempo para que comprendamos del pòrque suceden las cosas en nuestra vida, NUNCA desafíes a Dios al ponerte  a pensar por qué pasa tal cosa en tu vida… al final, todo te saldrá  bien.

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