jueves, 14 de junio de 2012

¡CRÉELE A DIOS!...

Por qué nos costará tanto trabajo entender que tenemos un DIOS  grande, todopoderoso, sobrenatural e ilimitado? ¿Será que la religiosidad se ha encargado de matar en nosotros la fe? Me refiero a esa fe genuina, la que cree aún sin necesidad de ver, ni tocar…  Necesitamos una fe, como la que le pidió Jesús a Marta, frente a la tumba de su hermano Lázaro: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios”. (Juan 11: 40) Creer primero, ¡para luego ver! Fe, como la que manifestó el centurión romano cuando le dijo a Jesús, “solo di la Palabra y mi criado sanará(Mateo 8.8)  He visto a algunas personas ¡saltando y dejando sus sillas de rueda para siempre! Entre lloros, risas y  profunda gratitud, han levantado su adoración a ese Dios grande, todopoderoso, sobrenatural e ilimitado que les hizo el milagro! También he visto rostros de mucha tristeza y frustración, en personas que han acudido a un servicio similar, con la esperanza de hallar sanidad, de una enfermedad que les ha tenido atados, por muchos años; incluso de nacimiento ¿Por qué salieron con las manos vacías?… ¿Les faltó fe, para alcanzar el milagro? El hecho de que estaban allí, hace pensar que acudieron a la invitación, porque creyeron.  Incluso, si no les hubiese alcanzado su propia fe,  Dios podría obrar por la fe de quienes les invitaron y les transportaron hasta ese lugar, creyendo. Aquel paralítico que fue llevado en andas por los 4 amigos y lo bajaron por el techo, delante de Jesús (Mateo 9:2) no sabemos si él creía,  pero Jesús vio la fe de ellos, y fue suficiente para que El lo sanara. No debemos olvidar que además de grande, todopoderoso, sobrenatural e ilimitado, nuestro Dios es Soberano. Eso quiere decir, que en su sola potestad está:AQUELLO que El hará,  CÓMO El lo hará y CUÁNDO lo hará

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