Un joven llamado Ronald tenía una tía que lo quería
mucho y era muy bondadosa con él. En una ocasión ella llevó al joven a un
zapatero para que le hiciera un par de zapatos a la medida.
El zapatero le preguntó: ¿Quieres los zapatos punta
cuadrada o redonda? Ronald tartamudeo un poco, él no sabía lo que quería.
El zapatero dijo: ” Esta bien. Ven por acá dentro
de un par de días, me dices lo que quieres y te haré los zapatos”. Dos días
después, el zapatero lo vio en el pueblo y le volvió a preguntar:
“¿Quieres los zapatos punta cuadrada o redonda?
Ronald le contestó: “No sé”.
El zapatero le dijo: “Ven dentro de dos días y tus
zapatos estarán listos”.
Ronald contaba que cuando fue a buscar los zapatos,
uno de ellos tenía la punta cuadrada y el otro redonda.
El zapatero lo miró y le dijo: “Esto te enseñará
que desde ahora en adelante, no debes permitir que la gente tome decisiones por
ti”.
Y el joven agregaba: ” Aprendí allí mismo a tomar
mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno”
¿No sientes la suficiente confianza como para tomar
una decisión, ya que tienes miedo de cometer algún error?, bueno, pues entonces
recuerda que inclusive las malas decisiones pueden ser una excelente
oportunidad de aprender.
Proverbios 9:10
“El temor del Eterno es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”
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