viernes, 31 de agosto de 2012

¿CÓMO ES TU HISTORIA?...


Estaba en una clase en la universidad hace un par de años y nunca pude olvidarme de algo que relató mi profesora. En un momento muy íntimo que se dio con el grupo, nos contó que cuando ella era adolescente era muy tímida y estaba muy enamorada de un joven con un poco más de edad que ella con quien coincidía en el lugar de veraneo. Se propuso conquistarlo a toda costa y se acercaba a conversarle, se reunía con él y sus amigos, se mostraba divertida y sociable. Fueron pasando los veranos y este joven nunca se interesó en ella, lo que significó mucha pena y desilusión en ese momento. Ya de adulta reflexionó sobre esta dolorosa historia y se dio cuenta que ella había sido capaz de vencer su timidez, que había sido divertida y sociable mientras estuvo interesada en él y que el hecho de haberle gustado, la fortaleció para hacer cosas que no creía capaz de hacer. Se contó SU HISTORIA de otra manera.
Sin lugar a dudas todos tenemos varias experiencias que han marcado de manera positiva o negativa nuestra vida. Tal vez como a mi profesora, no nos resultó algún romance o tomamos decisiones que nos afectaron a nosotros o a otras personas que no hubiésemos querido herir, lo importante aquí no es “llorar sobre la leche derramada” como dice el refrán, sino el cómo nos contamos a nosotros mismos estas historias en que nosotros tenemos un rol protagónico.  Nuestra vida puede ser como una obra del género narrativo donde interactúan personajes y se entretejen historias entre protagonistas y antagonistas de acuerdo a cómo el autor las defina, pero muchas veces olvidamos que para que las historias se conozcan, se transmitan de generación a generación deben ser contadas por alguien, y tal como la mitología va mutando conforme avanzan los tiempos, nuestras historias también lo hacen.
Si cada vez que relato algo de mi vida lo hago  desde lo triste, lo difícil, lo duro y lo doloroso, terminaré creyéndome esta historia y actuaré como si fuera la eterna víctima de las circunstancias; sin embargo, si me cuento mi propia vida desde lo que he aprendido, lo que he crecido, lo que desarrollado y lo que he logrado a través de las distintas circunstancias a las que me he visto enfrentad@, me daré cuenta que soy más fuerte de lo que creía, más valiente, más tenaz, más perseverante para seguir adelante y sobreponerme a distintas tormentas hostiles.
Todo depende de cómo te cuentes a ti mismo tu vida. Tú escoges: haces de tu vida una tragedia griega, o escribes la obra que te otorgará el premio nobel.

¿Qué historia tienes que contarte hoy?

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