Recibir
un no por respuesta, una negativa ante algo esperado, un no hay mas que hacer
ante una enfermedad o situación en la que se tenia la esperanza de una
respuesta alentadora es realmente doloroso, esperar a que algo bueno pase y recibir lo
contrario provoca un remolino de
sentimientos que no hacen mas que terminar tajantemente con el deseo de tu
corazón.
Quizá hoy
eres tu quien ha recibido una respuesta negativa, el tipo de respuesta que
nadie quiere escuchar, un pronostico medico, un no hay mas que hacer, un
rotundo no hacia lo que creías seria un si, y tu corazón se ha entristecido,
has sentido como tu esperanza se ha quebrado, y que tu confianza y tu empeño de
nada han valido.
Tal vez
la respuesta que hoy tienes no es la que esperabas, puedes sentir que todo
acabo en ese “NO” que alguien te dio, y has decidido rendirte en la lucha, una
lucha que hoy siente que no ha valido la pena porque después de tanto esfuerzo
el resultado no es precisamente el deseado, pero hay
algo que debes saber, cuando Dios es quien da un “NO” es para decirte “Tengo
algo mejor” y cuando alguien mas te dice no, también Dios sale a responder y a
decir “Yo tengo la
ultima palabra”
Una de
las ventajas de confiar plenamente en Dios, es la tranquilidad y la seguridad de que siempre tiene un
final feliz para cada oración, para cada necesidad Él tiene la mejor respuesta,
y a pesar que en determinado momento puedas recibir una respuesta inesperada y el
dolor no te deja ver o entender porque las cosas han pasado de esta manera, si
de algo puedes estar seguro o segura es que lo que Él quiere para ti es mucho
mejor a lo que tu estabas esperando.
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