viernes, 14 de septiembre de 2012

CUANTOS PLANES TIENES…


Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.
(Mateo 6:34)

Mientras disfrutábamos de un breve descanso en una reunión de estudio de la Biblia, un hermano  nos contó la  siguiente   parodia del famoso cuento infantil de “Aladino y la lámpara  maravillosa”:
En cierta ocasión,  una secretaria,     un conserje y un gerente -todos de una misma  empresa- quienes caminaban a servirse  el almuerzo,   sorpresivamente hallaron   una antigua lámpara, parecida   a la de  Aladino.
Como era de esperarse, con curiosidad y mucha   ansia,  comenzaron a frotar    el utensilio, hasta que asomó  el típico genio del turbante,  en medio de    la tradicional   nube de humo.
Repuesto el susto de los tres caminantes, el genio dijo: “Generalmente concedo   tres deseos a quien frote mi lámpara,   pero   como ustedes son tres,   les daré un deseo por persona”.
Con  gran agitación la secretaria pidió estar en ese mismo  instante, en Acapulco,  disfrutando de  unas largas vacaciones, sin nada que le recuerde    las obligaciones de la oficina.
No bien    terminó su pedido, efectivamente la mujer fue arrebatada del sitio.
Como quedaron dos, le correspondía el  turno al asesor, el mismo que igualmente solicitó estar disfrutando de un largo período vacacional, pero en Hawái,    junto a las chicas más bellas  del mundo, y por supuesto,  lo más lejos  de la presencia del gerente. Asimismo,  tal como ocurrió con la secretaria,  apenas pronunció  el pedido, el asesor   fue arrebatado.
“Te toca tu turno”, advirtió finalmente el genio al Gerente de la empresa. “¿Supongo que  me vas a pedir cosas parecidas o mejores?: vacaciones, dinero, placer?”…
“No -respondió serenamente el empresario– yo pido que a esos dos empleados míos  que los mandaste de vacaciones,  me los regreses de    inmediato a la oficina ”.
Querido (a) amigo (a): más allá de que este chiste pueda haberte  sacado una sonrisa o no, tiene una aplicación seria   y válida para tu vida y la mía. Y es que  cuántas veces en nuestro diario vivir nos afanamos  en  hacer   planes y más planes para el mañana, desde  planear la carrera  universitaria hasta  comprar   el féretro  y  tenerlo listo en casa, para      el día que Dios nos invite al su presencia.
Me imagino que afanes de este tipo deben sacarle más de una sonrisa a Dios,  nuestro gerente-propietario,   el único arquitecto de nuestra vida,
No nos desgastemos inútilmente, ni perdamos la calma    queriendo organizar  con precisión cada detalle de un mañana, que siempre será incierto,    especialmente si no lo ponemos  en manos de Dios.
Pidámosle a Él que nos revele su propósito para nuestra vida,  y caminemos serenamente  hacia      el sitio donde apunta su    perfecta voluntad.

“¿Quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?” menciona la Sagrada Escritura en el Evangelio de Mateo 6:27.

 

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